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DE VUELTA AL JUEGO: CÁMARA REPARADA, MIRADA RENOVADA
De vuelta al juego: cámara reparada, mirada renovada

Bilbao, Gran Vía.
“En Filipinas se rompió mi cámara. Empecé a disparar con el móvil… y encontré otra forma de mirar. Esta es la historia.”
De vuelta al juego: cámara reparada, mirada renovada.
Un hecho cierto es que, cada cierto tiempo, hay que pasar por el servicio técnico de reparación. Lentes que dejan de enfocar, diafragmas que ya no se contraen, cortinillas que se desencajan, incluso sensores que se corroen. Y da igual la marca de la cámara: Panasonic, Canon, Leica… cuando fallan, da igual cómo se llamen. Los más precavidos llevan todo duplicado, o casi todo.
A mí me pasó esto por última vez en abril de 2025, durante el viaje a Filipinas. La bolsa con la cámara se me cayó desde una altura inferior a un metro. No le di importancia. En la escala que hicimos en Hong Kong me di cuenta de que la cámara emitía un ruido extraño, aunque no era la primera vez que lo oía.
Así que todas las fotos de Filipinas están hechas con el móvil, y el resultado me ha sorprendido gratamente. No es lo mismo disparar con el móvil que con la cámara, pero la verdad es que me vino bien. He perdido ese miedo a preguntar a la gente si me deja hacerle una foto, y simplemente sacar el móvil.
Al llegar a casa, tuve que pasar por STR Electronics, servicio técnico en Bilbao de varias marcas punteras. Y ayer la recogí, sonando como en sus primeros días.
Para volver a disfrutar de la cámara, Alize y yo nos fuimos al centro de Bilbao, a probarla… y de paso, los sabores del chocolate y la nata. Llevaba mucho tiempo sin saborearlos. Llevaba más de un mes sin tocar la cámara, pero me sentí muy bien al volver a usarla. El enfoque es totalmente manual, y me gusta disparar sin ajustes automáticos, aunque podría.
Alize disfruta del helado que hemos comprado, y yo la miro a ella, con calma. Nos hemos sentado en un banco bajo los enormes tilos de la Gran Vía de López de Haro, haciendo esquina con Marqués del Puerto, donde pronto realizaré un trabajo para un antiguo cliente. La luz del atardecer es cálida, envolvente. Observo el movimiento constante de la ciudad: por la acera del norte caminan muchas más personas que por la nuestra, donde el sol hace muy agradable el presente.
Autobuses, bicicletas, taxis, pasajeros, camionetas… todo pasa de manera desordenada, con frecuencia, a escasa distancia. Bilbao se ha convertido en una ciudad alegre, con cierto alboroto, pero sin perder su estilo señorial y noble, con su tremenda arquitectura, que ya atrae a turistas de todo el mundo.
Y así pasamos la tarde. Alize saboreando su helado; yo, mi cámara. Contemplando la vida desde un banco, haciendo tiempo para ir al dentista.
Disfruten de las imágenes.






Bilbao se ha convertido en una ciudad en la que hay turistas cualquier época del año.
Agradecimientos
A Electronica S.T.R. por reparar la camara.
A los, hermanos Illaro por haberme hecho descubrir un país fascinante.
A todos ellos y a ti por seguir mi trabajo y llegar a leer hasta aquí, ¡muchísimas gracias!
En la WEB y otros medios
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